Filariosis
Todos sabemos que ahora que empieza el calor debemos proteger a nuestros animales de los parásitos externos. Siempre pensamos primero en las pulgas y las garrapatas, porque cuando hablamos de los mosquitos los asociamos sólo con la leishmaniosis, pero hay más enfermedades que pueden ser transmitidas por estos vectores.
En este artículo vamos a resolver todas las dudas sobre una enfermedad cada vez más común: la filariosis.
¿Qué es la filariosis?
La dirofilaria, comúnmente conocida como ‘’el gusano del corazón’’, es un nematodo llamado Dirofilaria inmitis que afecta principalmente al perro, pero también puede afectar al gato, al igual que a animales silvestres como pueden ser el zorro, el hurón o el lobo.
¿Cómo se transmite?
A través de mosquitos de las especies Culex, Aedes y Anopheles entre otros.
Un mosquito, al picar a un perro infectado, ingiere de su sangre una larva o microfilaria, que transmite a otro perro sano tras una nueva picadura. La microfilaria continua su desarrollo en la sangre del animal infectado hasta convertirse en una larva adulta, que puede llegar a medir hasta 20 o 30 cm y se aloja en el ventrículo derecho del corazón y la arteria pulmonar de su hospedador, pudiendo mantenerse allí durante años, al igual que las microfilarias que siguen produciendo. Además, producen una bacteria llamada Wolbachia.
¿Cuál es su distribución?
Su distribución es mundial. En nuestro país las zonas más endémicas eran las costas y la zona mediterránea, ya que las condiciones de temperatura y humedad favorecían el desarrollo de los mosquitos que lo transmiten, pero se han constatado nuevos casos en zonas que se consideraban no endémicas debido al incremento de las temperaturas por el cambio climático y la urbanización en áreas con microclimas.
La expansión de este parásito es inevitable, por lo que la protección contra él debe ya tenerse en cuenta en todo nuestro territorio.
¿Qué sintomatología producen?
En las fases iniciales no se detecta sintomatología. Los síntomas suelen aparecer años después de haberse producido la infección, en cuadros ya avanzados de la enfermedad.
El síntoma principal es la tos no productiva y crónica que se acentúa después del ejercicio, junto con dificultad respiratoria, intolerancia al ejercicio, pérdida de peso o incluso pueden llegar a tener un síncope.
Mediante la auscultación se pueden detectar diferentes alteraciones a nivel cardiaco y pulmonar así como otros signos como pueden ser sangrado nasal, letargia, apatía, pérdida parcial del apetito, acumulación de líquido en el abdomen y/o derrame pleural.
¿Cómo se diagnostica?
La detección precoz de la enfermedad se lleva a cabo mediante los test rápidos comerciales que realizamos en la clínica. Estos detectan los antígenos circulantes en la sangre de las hembras adultas del parásito, que son las que transmiten la enfermedad. Por eso esperamos a que nuestro animal haya cumplido los 6 meses de edad, tiempo suficiente para que el parásito complete su desarrollo y pueda ser detectado. Son altamente específicos (su posibilidad de un falso negativo es muy reducida) y la sensibilidad también es muy elevada.
También puede tomarse una muestra de sangre y observar la microfilaria circulante al microscopio, pero esto depende de la carga parasitaria, de la fase de la enfermedad y de la muestra tomada.
En cuadros muy avanzados en los que tenemos sospechas por la sintomatología, podemos llegar al diagnóstico mediante diferentes pruebas, como son la radiografía observando un incremento del tamaño del corazón o de las arterias pulmonares o mediante ecocardiografía midiendo el tamaño de las cámaras cardiacas, comprobando si existe hipertensión, observación de la dirección del flujo sanguíneo o detección de las propias filarias.
¿Cuál es el tratamiento?
Depende del cuadro clínico que se esté desarrollando y la severidad de este. Antes de comenzar con la eliminación del parásito se debe tratar con un antibiótico, ya que si matamos todas las filarias de golpe se produciría una liberación masiva de la bacteria Wolbachia que podría tener graves consecuencias para la salud. Este tratamiento dura entre 3 y 4 semanas.
Simultáneamente, se utilizan antiparasitarios específicos para eliminar las larvas durante 2 o 3 meses y por último se utilizan los adulticidas para eliminar a los adultos.
¿Cómo se previene?
Dado que la incidencia ha aumentado notablemente en todas las zonas, y que el cuadro clínico puede llegar a ser muy severo, es fundamental que tengamos en cuenta la protección contra este parásito.
Podemos proteger a nuestros animales, como hemos comentado antes, con determinados antiparasitarios. Tenemos diferentes formas de administración, como son comprimidos vía oral, pipetas spot-on o de forma subcutánea que mantiene la protección durante todo el año. No evitan que el mosquito infecte a los animales, pero sí interrumpen el ciclo biológico del parásito e impiden su desarrollo.
Llevando las desparasitaciones al día y teniendo protegidas a nuestros animales podemos estar tranquilos por su salud ya estemos dando un paseo por nuestra ciudad o vayamos al campo o a la playa.